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¿Cambiar por fuera, o cambiar por dentro? – IEP Vitoria
Odres nuevos. Necesitamos un corazón nuevo. Necesitamos arrepentirnos, renunciar a nuestra vieja manera de vivir, viciada y orgullosa, y ser …
Source: iepvitoria.org
Date Published: 7/17/2021
View: 912
QUE SIGNIFICA CONVERTIRSE EN ODRES NUEVOS
Marcos 2:22 Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo … en odres nuevos, lo nuevo de Dios tiene que ser derramado en odres, …
Source: www.buenastareas.com
Date Published: 7/12/2021
View: 9695
Odres nuevos y odres viejos – Tabernaculo Prensa de Dios
“Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, de otra manera el vino nuevo … Eliseo que dijo: “ No temas porque más son los que están con nosotros que los que …
Source: tabernaculoprensadedios.com
Date Published: 5/17/2022
View: 8097
¡Odres Nuevo…Vino Nuevo! – Mensajes de Esperanza
Más bien, el vino nuevo se echa en odres nuevos. … O eres como ese odre nuevo al que hizo mención Jesús, ¿que porque eres blando y humilde …
Source: www.hectoraburgos.org
Date Published: 6/13/2022
View: 9665
El vino nuevo en odres nuevos se ha de echar
¿Qué relación tiene Cristo con Dios? ¿No será Cristo Dios mismo encarnado? a. La Biblia así lo anuncia. (1) Dios con nosotros — …
Source: web.metro.inter.edu
Date Published: 6/11/2021
View: 7918
ODRES VIEJOS Y ODRES NUEVOS “Ni echan vino nuevo en …
y necesitamos que el Espíritu Santo actúe en nuestras vas de forma continua porque debemos avanzar para estar actualizados en lo espiritual y …
Source: www.facebook.com
Date Published: 2/6/2021
View: 1908
¿QUÉ TIPO DE ODRE ERES? – Algo Para Pensar
El odre, antes de ser odre, era un animal y tenía que pasar por un proceso … (zumo de uvas no fermentado), debe ser colocado en odres nuevos, flexibles.
Source: algoparapensar.com
Date Published: 11/21/2021
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ODRES NUEVOS | MRF
Cuando Dios encuentra una iglesia con una actitud espontánea y flexible, Él derrama vino nuevo, un avivamiento sobre esta iglesia. Cuando hablamos de ser un …
Source: mrf.church
Date Published: 12/12/2022
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Tema 1 Odres Nuevos | PDF | Vino | Jesús – Scribd
derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar”. … 5. ¿Por qué nosotros necesitamos ser odres nuevos?
Source: es.scribd.com
Date Published: 2/8/2022
View: 8041
NO SE ECHA VINO NUEVO EN ODRES VIEJOS
Yo aún tengo hambre y necesito ser satisfecho”. Por eso, de inmediato el padre ordenó … Ellos deben echar el vino nuevo en odres nuevos.
Source: www.iglesiaenpadrelascasas.org
Date Published: 2/1/2022
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주제에 대한 기사 평가 porque nosotros necesitamos ser odres nuevos
- Author: Ministerio de restauración
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- Date Published: 2022. 8. 3.
- Video Url link: https://www.youtube.com/watch?v=urgl_BUlTRc
¿Qué es ser un odre nuevo?
2. Odres viejos — las tradiciones de los fariseos — sus patrones de conducta y pensamiento. 3. Odres nuevos — nuevas actitudes necesarias — nuevos corazones — constante receptividad.
¿Qué significa echar vino nuevo en odres viejos?
Jesús el día de hoy utiliza la parábola de los odres viejos, y nos dice claramente que el vino nuevo se debe almacenar en odres nuevos y el vino viejo en odres viejos, nos invita a poner las cosas en su lugar, y en el caso de nuestra vida, no centrar nuestra vida en el pasado, y menos cuando es tormentoso o de dolor, …
¿Qué representa el odre?
Era el recipiente más generalizado en la antigüedad para transportar grandes cantidades de vino.
¿Cuál es el vino nuevo?
VINO NUEVO EN PROCESO DE FERMENTACION en DiccionarioDelVino.com. VINO NUEVO EN PROCESO DE FERMENTACIÓN . Vino cuya fermentación alcohólica aún no ha concluido y que no ha sido aún separado de sus lÃas. NUEVO .
¿Qué quiere decir Nadie pone remiendo nuevo en vestido viejo?
A simple vista se sabe que el remiendo nuevo va a hacer que el roto sea aún más grande, no tanto porque el remiendo no sirva, sino, porque el que no sirve es el vestido viejo.
¿Qué representa el vino?
El simbolismo del vino nos remite a la inmortalidad, la sangre, la vida y el sacrificio, entre otros sentidos.
¿Qué significa el vino viejo?
En el argot vitivinícola, “viejo” es sinónimo de muy maduro. No tiene porque ser un adjetivo peyorativo, el vino pasa por diferentes fases como cualquier elemento vivo. Viejo suele ser un vino que ha perdido la frutosidad y ha ganado muchos aromas de fruta cocida, tierra o champiñón conocidos como aromas de madurez.
¿Qué representa el vino en las Escrituras?
Los sufistas, cuya filosofía concibe el mundo como una emanación de Dios, consideran al vino como un símbolo de la gracia divina y heredan una idea que tiene gran relieve en el cristianismo, aunque es mucho más antigua, la del vino como sangre divina: para griegos y romanos es la sangre de Dionisos/Baco.
¿Cuál es el significado del vino en la Biblia?
“Convencidos de que el vino es un don de Dios, los autores sagrados describen la prosperidad en términos de abundancia de «trigo y mosto» (Gn 27:28), requieren el diezmo del vino (Dt 12:17), prescriben para ciertas ofrendas una libación de vino (Nm 15:7).
¿Cuántos litros de agua caben en un odre?
Capacidad equivalente a 2 y 5 litros. Odres: Del latín uter, utris. Cuero generalmente de cabra, que, cosido y empegado por todas partes menos por la correspondiente al cuello, sirve para contener líquidos. En el siglo XVlll los maragatos de León, los asturia- nos y los vascos transportan el vino en odresg.
¿Qué significa el vino viejo?
En el argot vitivinícola, “viejo” es sinónimo de muy maduro. No tiene porque ser un adjetivo peyorativo, el vino pasa por diferentes fases como cualquier elemento vivo. Viejo suele ser un vino que ha perdido la frutosidad y ha ganado muchos aromas de fruta cocida, tierra o champiñón conocidos como aromas de madurez.
¿Qué dice la Biblia del vino nuevo?
Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’ “.
¿Qué significado tiene el vino en la Biblia?
“Convencidos de que el vino es un don de Dios, los autores sagrados describen la prosperidad en términos de abundancia de «trigo y mosto» (Gn 27:28), requieren el diezmo del vino (Dt 12:17), prescriben para ciertas ofrendas una libación de vino (Nm 15:7).
¿Cambiar por fuera, o cambiar por dentro?
¿Cuántos problemas y situaciones en la vida, intentamos resolver, haciendo cambios en el exterior, retoques estéticos, con una apariencia nueva, pero sin ir al interior, a la verdadera raíz del problema?
Esa tendencia es algo que podemos observar en múltiples ámbitos de la vida real, problemas laborales, conflictos familiares o aún en delicadas situaciones de la vida política o económica de un país… ¿Cuántas veces se pretenden soluciones que no apuntan de verdad al corazón del problema? ¿Cuántas veces perseguimos tan solo un cambio en la apariencia?
Tenemos asumida esa tentación de ir poniendo parches a los problemas para, de alguna manera, ir tirando… Solo que esos parches duran poco tiempo, y el problema luego resulta más grande o más difícil de resolver.
Es como cuando una carretera llena de baches es parcheada con pegotes de asfalto. Seguirá siendo por siempre una carretera irregular e incómoda, donde los conductores notaran ruidosas vibraciones… Lo que hace falta es acometer una obra profunda, picar toda la vieja carretera y asfaltarla de nuevo.
Odres viejos
Jesús vio este mismo problema en la sociedad de su tiempo, cuando los religiosos de entonces pretendían que la sana doctrina de Jesús encajara y armonizara en aquellos obsoletos moldes de religiosidad legalista, que ellos mantenían. Y esta fue la respuesta de Jesús para aquellos fariseos:
“Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conservan” (Lucas 5: 36-38)
El vino nuevo, o sea, el mensaje de Cristo, debía encontrar corazones que respondieran con una sensibilidad nueva y dispuesta. El encorsetado judaísmo, lleno de normativas y carente de corazón, no servía para albergar el vino nuevo de Jesús.
Bien, pues algo parecido sucede cada vez que intentamos resolver un problema humano sin cambiar los odres viejos por otros nuevos. Cada vez que, manteniendo los mismos odres envejecidos y corruptos, queremos echar vino nuevo… resulta que no funciona.
Si ante problemas matrimoniales decidimos simplemente evitar los puntos de conflicto, pero no entramos a tratar las verdaderas causas íntimas del problema, lo único que logramos es mantener las apariencias, pero no hemos resuelto nada. El problema sigue ahí latente, y volverá a despertar con mayor virulencia.
Si a un heroinómano le sustituimos su adicción por una pauta de metadona, pero no abordamos en él las verdaderas causas que lo indujeron a la droga, no estaremos haciendo gran cosa. Retocamos la situación exteriormente, pero no entramos a fondo, al interior del problema. Y así podríamos seguir con multitud de ejemplos similares de nuestra vida real.
Hemos de admitir que tenemos siempre esta tendencia de intentar aplicar remedios, en lo exterior, cuando el problema real es otro, y clama “desde dentro” por una solución. Los grandes problemas y lacras de la Humanidad no se deben a las circunstancias externas o ambientales, no. Nacen de dentro del corazón del ser humano.
Y si pretendemos resolver la mentira, la avaricia, el fraude, el adulterio, la infidelidad y otras cosas semejantes, actuando solo en las condiciones externas, pero sin tratar directamente con el corazón del hombre, estaremos cometiendo el mayor de los engaños, y el problema seguirá ahí, haciéndose más grande a medida que insistimos en engañarnos a nosotros mismos.
Este era realmente el problema de los líderes judíos contemporáneos de Jesús. Pretendían llevar una vida íntegra, simplemente por observar con rigor una serie de complicadas normas religiosas, pero su verdadera podredumbre de avaricia, orgullo arrogancia, y vanidad, seguía intacta en sus corazones. Pues esto dijo de ellos Jesús:
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad” (Mateo: 23 27-28)
Jesús siempre apuntaba al corazón del hombre, allá donde realmente están los problemas.
A la gente “religiosa”, parece siempre importarle más lo de fuera: cómo se viste, cómo se expresa, qué imagen tiene uno… pero a Dios le interesa lo que hay en nuestro interior.
Mira este pasaje del Evangelio, no tiene desperdicio:
“Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres” (Marcos 7: 1-7)
Y un poco más adelante continua:
“Llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. Si alguno tiene oídos para oír, oiga. Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. El les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos. Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Marcos 7: 14-23)
Es nuestro corazón el que está contaminado. No sirve un remiendo, no sirve un simple lavado de cara… ¡No!
Odres nuevos
Necesitamos un corazón nuevo. Necesitamos arrepentirnos, renunciar a nuestra vieja manera de vivir, viciada y orgullosa, y ser completamente renovados. Necesitamos, en palabras de Jesús, nacer de nuevo. Dejar lo viejo, desterrarlo, hacerlo morir, y ser una nueva criatura creada según Dios. Odres nuevos que pueda albergar ese vino nuevo, ese mensaje libertador de Jesús.
El apóstol Pablo lo define así: “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2ªCorintios 7: 17).
No se trata de cambiar un poco ciertas costumbres, o de intentar por nosotros mismos ser un poco mejores… No, eso sirve de bien poco. Necesitamos que Cristo llene nuestra vida, y que, Él, sea el Señor de todas las áreas de nuestra vida, que su espíritu more “en nosotros” para transformarnos, darnos vida y hacernos más parecidos a Él.
Una vez más, en palabras del apóstol Pablo: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Romanos 8: 11-13)
En otras palabras, Cristo llega a vivir en nosotros, de modo que la vida cristiana no es una imitación de Cristo. ¡Participamos de la naturaleza de Cristo!
No tomamos a Cristo meramente como un modelo externo. ¡Lo recibimos como un poder interno!
Y cuando hacemos esto, abordamos el problema desde dentro y no desde fuera. Intervenimos en nuestro corazón, donde Cristo actúa sanando y renovando. No hay otra manera de vivir la fe cristiana, se requiere un cambio drástico de nuestro corazón.
De nada sirven los retoques exteriores o la apariencia de piedad, eso es engañarnos. El vino nuevo requiere odres nuevos. No hay otra forma. Y, créeme, muy a menudo las religiones no son otra cosa que odres viejos, estructuras humanas, que no sirven para contener el mensaje y el amor transformador de Cristo.
Por eso insistimos siempre tanto en la diferencia entre una “religión” y una “relación” con Dios. Una relación sincera con Dios nos cambia desde dentro, sana nuestro corazón, y resuelve los problemas desde su origen. Deseo de todo corazón que estas reflexiones que planteo puedan ayudarte en tu relación con Dios. Medita en ello.
Tómalo en serio.
Que Dios te bendiga
Alfredo Gómez Moneo (Ministro de Culto Evangélico)
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QUE SIGNIFICA CONVERTIRSE EN ODRES NUEVOS
QUE SIGNIFICA CONVERTIRSE EN ODRES NUEVOS
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¿QUE SIGNIFICA CONVERTIRSE EN ODRES NUEVOS?Para mi convertirse en un odre nuevo es que Dios quiere verter en mi vida vino nuevo pero debo rendirme por completo a Él y permitirá quetransforme el odre que es mi vida para que pueda recibir todo lo que El tiene para mi.El odre nuevo es la gloria que fluye del corazón de Dios, es la vida de Cristo, que viene para liberar, paratransformar, para sanar, para traer vida abundante, para hacer algo nuevo en mi , que viene a cambiar mi familia, cambiar mi todo , es hacer una revolución en mi vida, ese vino nuevo es eltoque final que necesito para levantarme, para ser de bendición y testimonio a las personas, es el que me va a prosperar, el que va a liberarme de cadenas de maldición, de las ataduras delpasado.Marcos 2:22 Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres, y entonces el vino se derrama y los odres se echan a perder. Más bien, el vino nuevo debeecharse en odres nuevos.Los odres viejos no pueden recibir el Vino Nuevo porque se echan a perder,se rompen, no lo pueden soportar porque ese vino nuevo en su proceso , se expande y la durezade los odres viejos no les permiten esa expansion.Para mi Entonces es necesario, que el vino nuevo sea echado en odres nuevos, lo nuevo de Dios tiene que ser derramado en odres, en corazonescapaces de soportar el expandir de Dios, que no ponga limites al Poder de Dios en Su espíritu santo.Dios en estos ultimos tiempos esta derramando ese vino nuevo Y solamente los que seatrevan a ser odres Nuevos podrán ser parte de la dispensación del espíritu santo,hasta lo ultimo de nuestras vidasSeamos odres nuevos,las cosas viejas pasaron.. y hoy Dios lo hace todo Nuevo Natallie Domínguez Tun
NADIE ECHA VINO NUEVO EN ODRES VIEJOS (LC 5, 33-39)
La lectura del evangelio del día de hoy nos invita a reflexionar sobre el valor de lo vivido y de lo aprendido, sin embargo, la vida es dinámica y no debemos vivir en el pasado, puede ser que nuestras experiencias han sido de gran felicidad o de mucho aprendizaje. Jesús nos dice hoy que todo lo que nos regala es nuevo, con aire fresco y renovado, con una nueva oportunidad para hacer las cosas.
El Espíritu de Dios está en constante movimiento, no es estático, todo lo renueva, todo lo crea. Inclusive en la Iglesia, siempre estamos llamados a caminar, a descubrir caminos de esperanza, eso no quiere decir que la ley de Dios con el paso del tiempo queda obsoleta, no, no significa eso. La palabra de Dios siempre será vigente hoy, mañana y siempre. Sin embargo, la manera de hacer las cosas si cambian y responden a las necesidades propias del tiempo. Y en todos esos cambios está el Espíritu Santo que asiste, impulsa y acompaña.
Jesús el día de hoy utiliza la parábola de los odres viejos, y nos dice claramente que el vino nuevo se debe almacenar en odres nuevos y el vino viejo en odres viejos, nos invita a poner las cosas en su lugar, y en el caso de nuestra vida, no centrar nuestra vida en el pasado, y menos cuando es tormentoso o de dolor, porque así como el vino viejo echa a perder un odre nuevo, de la misma manera el resentimiento, el odio, simplemente un pasado lleno de malos recuerdos echa a perder la vida presente.
Cada día es un vino nuevo que corresponde a un odre nuevo, Dios siempre nos regala nuevas oportunidades, “Jesús hace nuevas todas las cosas”, que Él nos renueve para que nuestros errores, o aquellas cosas de las que no estamos tan orgullosos, sean aprendizaje y agradecimiento, que el nuevo vino que Dios nos quiera regalar sea recibido en un corazón nuevo, limpio y renovado por la misericordia de Dios.
“Mi pasado a tu misericordia, mi presente a tu amor, mi futuro a tu providencia”
Padre Pío de Pietrelcina
Wikipedia, la enciclopedia libre
Un mosaico griego, con transporte de odres de vino en carro de bueyes (siglo III, Pafos Chipre ).
Pellejos para el transporte de vino
El odre (del latín uter) es un recipiente hecho de cuero, generalmente de cabra, que, cosido y pegado por todas partes menos por la correspondiente al cuello del animal, sirve para contener líquidos, como vino o aceite, y otras sustancias, como mantequilla y queso.[1] Estos alimentos eran muy importantes para sobrevivir en tiempos antiguos, por lo cual se revisaba la fabricación de este, para evitar evaporaciones, derrames, etcétera.
El odre de vino (Uter vini) en la Antigüedad [ editar ]
Era el recipiente más generalizado en la antigüedad para transportar grandes cantidades de vino. Se llevaba el vino en un odre hasta el comedor y se llenaban con él las vasijas. En un fresco pompeyano se puede ver a una mujer vertiendo vino de un odre a un cántaro sostenido por Sileno.
Los antiguos griegos celebraban durante las fiestas Dionisias rurales áticas, el segundo día, las fiestas de las Ascolias (askolia, del griego askos, “odre”), en las que se hacía el askoliasmos, una especie de concurso cuyo objetivo era permanecer el mayor tiempo posible en equilibrio sobre un odre lleno de vino y aceite.
Pieles para la elaboración [ editar ]
Las pieles que se usaban para hacer odres eran de oveja, de cabra y a veces de buey. En algunas ocasiones, se conservaba el pelo del animal en los odres destinados a contener leche, mantequilla, queso y agua. Sin embargo, se requería un proceso más completo de curtido en los odres utilizados para aceite y vino.[cita requerida]
Proceso de elaboración [ editar ]
El odre solía hacerse de la siguiente manera:
Primero, se mataba un animal, al que se desollaba.
Luego, se procedía a retirar cuidadosamente la piel, de modo que no fuese preciso abrirlo en canal.
Se curtía la piel y se cosían todas las aberturas, excepto una. Si los pellejos no estaban bien curtidos, el líquido adquiría un sabor desagradable.
Finalmente, la abertura no cosida, que podía ser el cuello o una de las patas, se dejaba sin coser y se cerraba con un tapón o cordel.
Aunque fue el recipiente más generalizado en la Antigüedad, en tiempos más recientes se han hecho muchos odres en el Oriente Medio, de manera muy similar a la mencionada.[cita requerida]
Véase también [ editar ]
Referencias [ editar ]
VINO NUEVO EN PROCESO DE FERMENTACION en DiccionarioDelVino.com
Depósito de fermentaciónManteniendo un flujo de agua constante, cayendo por las paredes se consigue limitar la temperatura del depósito
Odres nuevos y odres viejos
“Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, de otra manera el vino nuevo rompe los odres, y el vino nuevo se derrama y se pierde, por eso el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar”. San Marcos 2:22
Jesús está enseñando aquí una de las verdades que debemos entender; un odre de alguna manera representa nuestra vida. Los odres eran los recipientes donde se depositaba normalmente el vino, el aceite, el agua, y evidentemente esos odres, cuando pasaba el tiempo, se endurecían y se les echaba vino nuevo, el cual era un vino muy fermentado.
El temor era que el odre se rompiese y se perdiese el vino nuevo. El problema de los odres viejos es que van perdiendo la elasticidad a los cambios, son como odres viejos les decía a los fariseos y religiosos.
Los fariseos como odres viejos, estaban endurecidos, y no estaban preparados para recibir las buenas noticias, no estaban preparados para recibir lo bueno de Dios, creían que la revelación que habían tenido en el antiguo testamento, era todo lo que necesitaban saber hasta ese entonces.
«Los cielos se abren cuando usted ora. Queremos ver el poder de Dios? Quiere vino nuevo de Dios? La forma de atraerlo es la oración»
En Números, capítulo 13, cuando los doce espías, entraron a la tierra prometida, diez de ellos actuaron como odres viejos y dijeron: “Nosotros no podemos, nosotros jamás lo vamos a lograr, ellos son más fuertes que nosotros, es una tierra de gigantes, es una tierra que Dios nos habló, es verdad, pero no podemos vivir aquí, jamás vamos a ser felices, jamás vamos a alcanzar éste tipo de victoria.
Pero hubo dos de ellos, Caleb y Josué, que vieron lo mismo pero eran odres nuevos, y dijeron:
“Si Dios nos está diciendo que Él nos va a sostener, que Él nos va a librar, que Él va a poner a esos gigantes por debajo de nuestros pies, entonces aunque nosotros no podamos, Él está con nosotros, y nos va a entregar a nuestros enemigos debajo de nuestros pies!!!
Jesús dijo: Yo soy el vino nuevo, yo soy la vida. Jesús dijo «el que tenga sed venga a mí y beba». Ahora hay un tiempo donde Dios nos reveló su salvación, has visto su gloria, pero Dios te dice, no es todo, el odre nuevo tiene la capacidad de expandirse, de estirarse. El Señor quiere que tengas un espíritu flexible, capaz de decepcionar lo nuevo de Dios.
El odre viejo no puede estirarse, el problema de éstos 10 espías que entraron a la tierra prometida es que tenían su pensamiento con un paradigma estipulado, ya estaban con su pensamiento estructurado, y Dios quiere que estés abierto para recibir la revelación de Dios para hoy.
Él es revelación fresca, Él es palabra viva de hoy, los odres viejos no pueden captar lo nuevo de Dios, y si lo captan lo pierden, pero el odre nuevo lo recibe porque tiene un nuevo corazón, tiene una nueva mente, se va renovando en sus decisiones, y está preparandose permanentemente para lo nuevo de Dios.
El vino nuevo es la gloria que fluye del corazón de Dios, es la vida de Cristo, que viene para liberar, para transformar, para sanar, para traer vida abundante, para hacer algo nuevo en ti, es la vida de Cristo que viene a cambiar tu familia, cambiar tu trabajo, es hacer una revolución en tu vida, ese vino nuevo es el toque final que necesitás para levantarte, para ser de bendición a las personas, es el vino nuevo el que te va a prosperar, el vino nuevo el que va a liberarte de cadenas de maldición, de las ataduras del pasado .
Cómo recibir lo nuevo de Dios?
Jesús se apartaba, para orar y dice la palabra que oró y el poder de Dios estaba con El. Cuando Jesús quiso vivir en el poder, tuvo que vivir una vida de oración.
Los cielos se abren cuando usted ora. Queremos ver el poder de Dios? Quiere vino nuevo de Dios? La forma de atraerlo es la oración.
En las bodas de Canaá de Galilea vinieron a decirle a Jesús, la gente tiene sed!!!Quieren vino!!! Y Jesús les dio vino. Porque la sed provoca que Jesús te de lo nuevo.
Yo quiero dejarles el sentir de tener una vida de oración más abundante, lo que has vivido es hermoso, pero Dios me dice que te diga que hay más, y el Señor lo que trae de nuevo es el poder sobrenatural de Dios, para sanar a los enfermos, libertar a los cautivos, dar vista a los ciegos, una libertad total en tu vida, una abundancia absoluta en tu casa, eso es lo que viene de Dios ahora…
El vino nuevo de Dios te hace, vivir una vida victoriosa frente al temor, al miedo a los no puedo, a los imposibles, hasta hace un rato atrás decías esto es imposible. El odre nuevo que contiene el vino nuevo, declara lo que la Biblia dice: Dios no me ha dado espíritu de cobardía, sino de poder…
El Señor te dice no hables como un odre viejo, porque el vino nuevo está viniendo a tu vida, Yo te doy la unción, dice el Señor, para vivir en lo sobrenatural, vas a vivir en la revelación de Eliseo que dijo: “ No temas porque más son los que están con nosotros que los que están contra nosotros”..
Los discípulos estaban en hechos cap 2 vers. 1, estaban juntos, unánimes, orando y de repente vino el vino nuevo, la oración atrae el vino nuevo.
Fuente: Pastor Claudio Freidzon
¡Odres Nuevo…Vino Nuevo!
Mis dos hijos mayores han estado participando en el equipo de pista y campo de sus respectivas escuelas. Durante este tiempo, he disfrutado mucho verles competir. Algo curioso de este deporte es que todas las disciplinas que se practican en pista y campo, excepto una, dependen exclusivamente de las habilidades y el desempeño de los deportistas como individuos. Pero, hay una excepción: la carrera de relevo. En esta carrera en particular, el esfuerzo, no es individual, sino colectivo. No importa cuán buenos sean los corredores, si al trabajar juntos como equipo, no lo pueden hacer bien – lo más seguro pierden. Un momento crucial en las carreras de relevo es cuando los corredores se pasan el batón de uno al otro para continuar avanzando en la carrera. Si el batón no se pasa bien, el equipo se atrasa. Si el batón se cae, lo más seguro la carrera se pierde. Pero, si en el momento del pase de batón todo sale bien – lo más seguro el fluir de la carrera será positivo y el equipo tendrá
ODRES NUEVOS
Resumen y preguntas de discusión
PASAJE PRINCIPAL
Mateo 9:16-17
16 »Además, ¿a quién se le ocurriría remendar una prenda vieja con tela nueva? Pues el remiendo nuevo encogería y se desprendería de la tela vieja, lo cual dejaría una rotura aún mayor que la anterior.
17 »Y nadie pone vino nuevo en cueros viejos. Pues los cueros viejos se reventarían por la presión y el vino se derramaría, y los cueros quedarían arruinados. El vino nuevo se guarda en cueros nuevos para preservar a ambos.
PUNTOS PRINCIPALES
Una de las características esenciales que forma parte de la cultura MRF es lo espontáneo. En un avivamiento de Dios, las tres figuras le dan gloria a Él pero es importante comprender que somos movidos por el Espíritu Santo para que este ocurra. Pero muchas veces lo espontáneo no nos parece atractivo, por ejemplo, quisiéramos que Dios nos muestre un plan de qué ocurrirá en un año o a largo plazo. Pero si tuviéramos ese anticipo, no necesitaríamos confiar en Dios porque no habría incertidumbre. Aunque hoy las cosas parezcan adversas, aprendemos a confiar que su voluntad es buena, agradable y perfecta.
El pasaje nos relata sobre los odres. Un odre sería hoy como una cantimplora y en tiempos antiguos eran de cuero, donde se colocaban bebidas. Muchas veces guardaban vino en estos cueros, el cual al irse fermentando, estiraba un poco el odre. Cuando se hablaba de un odre viejo era aquel que ya había sido estirado. Si se colocaba un vino nuevo sobre un odre viejo, al fermentarse, rompía el odre porque ya estaba estirado. Tradicionalmente relacionamos este pasaje sobre el odre viejo con una mente que no ha sido renovada. Pero más allá que un estado de la mente, Jesus nos está hablando de una actitud. El odre nuevo tiene flexibilidad y este pasaje nos invita a dejar atrás una actitud rígida, sino que seamos enseñables y flexibles. Más que renovar nuestra mente, Jesús nos enseña que debemos cambiar nuestra actitud de ser rígidos (por ejemplo, pensar que ya no podemos cambiar lo que estamos acostumbrados a hacer). Una persona puede haber conocido hoy mismo a Jesús, no tener una mente renovada en ese momento, pero si tiene la actitud correcta para dejarse enseñar, es un odre nuevo.
El vino es lo que determina la forma final del odre, le da flexibilidad. Cuando el vino entra al odre, este determina la forma final que tendrá el odre. Si tenemos una actitud correcta y flexible, terminaremos teniendo la forma de lo que Dios deposita en nuestro interior. Si el vino se coloca en algo rígido, se va a echar a perder el líquido. Cuando Dios encuentra una iglesia con una actitud espontánea y flexible, Él derrama vino nuevo, un avivamiento sobre esta iglesia. Cuando hablamos de ser un odre nuevo (con flexibilidad), no nos referimos a que debemos ser desordenados. El odre ya tiene una forma, pero tiene flexibilidad. La iglesia debe tener un orden pero también una actitud abierta a lo que Dios quiere hacer.
Acciones para ser un odre nuevo.
1. Deja atrás tus estructuras viejas: permite que Dios derrame sobre tu vida lo nuevo que tiene preparado para ti.
2. No cortar el fluir del Espíritu Santo: Dios propicia momentos donde quiere derramar algo nuevo y debemos estar atentos para no cortar estos espacios. Él quiere derramar un aceite nuevo, puede ser en medio de una canción de adoración, y debemos ser sensibles y ser flexibles al plan original que teníamos.
3. No te acostumbres al vino viejo: todo vino viejo, fue nuevo alguna vez. En la historia de la iglesia, podemos ver cómo Dios trajo avivamiento en tiempo específicos, por ejemplo, en los 60s -70s Dios trajo un avivamiento del movimiento pentecostal (por ejemplo: se levantaron dones del Espíritu y de lenguas), luego quiso traer el mover profético y apostólico y muchas iglesias rechazaron este nuevo fluir, lo que provocó un estancamiento. Cuando no sabemos trancisionar, nos volvemos en un vino viejo y nos estancamos. Debemos estar abiertos a cualquier cosa que Dios quiera hacer.
CONÓCEME MEJOR
¿Has escuchado a alguien decir: “así soy y no cambiaré”? ¿Qué crees que lo lleva a tener esa actitud?
PROFUNDICEMOS EN EL MENSAJE
¿Por qué crees que Dios enfatiza en la actitud, más allá que en una renovación de la mente? Dios nos enseña que debemos tener una actitud de odres nuevos, ¿en qué area de tu vida consideras que necesitas ser un odre nuevo? ¿Has tenido alguna experiencia donde Dios haya depositado algo nuevo sobre ti? Comparte cómo se dio.
OREMOS CONFORME AL MENSAJE
Padre hoy te entregamos nuestra vida y nos ponemos en la mejor disposición para ser odres nuevos. Queremos que deposites sobre nuestra vida tu vino, tu aceite, tu unción. Aviva nuestros sentidos espirituales para ser guiados por tu voz. No queremos cortar tu fluir, sino que queremos que encuentres en nosotros una actitud flexible y lista para moverse en tu espontaneidad. Rompe toda fortaleza rígida, todo argumento y empieza a soplar lo nuevo sobre nuestra vida.
RETO DE LA SEMANA
Piensa en un área específica en tu vida donde necesites ser renovado. Ora de forma intencional por esa área durante la semana y atrévete a dar un paso para romper esa actitud, pidiéndole la dirección al Espíritu Santo para reemplazarla por una actitud de odre nuevo.
Tema 1 Odres Nuevos
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NO SE ECHA VINO NUEVO EN ODRES VIEJOS
NO SE ECHA VINO NUEVO EN ODRES VIEJOS
Mateo 9:17 dice: “Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se revientan, y el vino se derrama, y los odres se estropean; sino que echan el vino nuevo en odres nuevos, y así ambos se conservan”. La palabra griega, neós, que aquí se traduce “nuevo”, significa “nuevo con respecto al tiempo, reciente, recién adquirido”. Aquí el vino nuevo representa a Cristo como la vida nueva, lleno de vigor, que estimula a la gente. El vino nuevo es la vida de Cristo que alegra al hombre. La vida divina está comparada con el vino que posee la fuerza estimulante. Cuando recibimos Su vida, ésta trabaja dentro de nosotros durante todo el día para animarnos. Este vino nuevo nos fortalece, nos da energía y nos alegra.
El Salvador real no sólo es el Novio de los ciudadanos del reino, a quien ellos han de disfrutar, sino también su vestido nuevo, que los viste adecuadamente para que asistan a la boda. Además, El es su vida nueva que los estimula interiormente a fin de que le disfruten como su Novio. El, como su Rey celestial, es el Novio, el disfrute de los ciudadanos del reino, y Su reino celestial es la fiesta de bodas (22:2), donde ellos le disfrutarán. Para disfrutarlo como el Novio en la fiesta del reino, ellos lo necesitan exteriormente como su nuevo vestido e interiormente como su vino nuevo.
Consideremos de nuevo el ejemplo del hijo pródigo. Después de ser vestido con la mejor túnica, el hijo pródigo pudo todavía decir: “Oh padre, la mejor túnica te satisface a ti, pero no a mí. Yo aún tengo hambre y necesito ser satisfecho”. Por eso, de inmediato el padre ordenó al siervo que sacrificara el becerro engordado y dijo: “Comamos y alegrémonos”. Con esto vemos que la provisión del padre no es sólo externa sino también interna. Por consiguiente, después de que el Señor habló acerca del nuevo vestido, procedió a hablar del vino nuevo, el cual es una provisión que no ha de satisfacer la necesidad externa, sino la interior. Requerimos algo para cubrirnos, pero también necesitamos algo que nos satisfaga. Exteriormente somos bastante pobres e interiormente estamos muy vacíos. Por causa del Padre necesitamos la túnica sobre nosotros, y para nuestra satisfacción necesitamos recibir el vino en nuestro interior. Necesitamos ambos, el nuevo vestido y el nuevo vino. El Señor es nuestra nueva vestidura y también el vino nuevo. El es nuestra cubierta y nuestro contenido. No sólo nos hace aptos, sino que también nos satisface. Por tanto, El nos capacita así como nos satisface; es la provisión que satisface nuestra necesidad externa así como nuestra hambre y sed interiores.
En el versículo 17 el Señor dijo que no debemos echar vino nuevo en odres viejos. Los odres viejos representan las prácticas religiosas, como por ejemplo el ayuno que guardaban los fariseos, quienes pertenecían a la religión antigua, así como los discípulos de Juan, que pertenecían a la religión nueva. Todas las religiones son odres viejos. El vino nuevo echado en odres viejos revienta los odres con el poder de su fermentación. Echar vino nuevo en odres viejos es poner a Cristo, la vida estimulante, en cualquier clase de religión. Esto es lo que los llamados fundamentalistas y los pentecostales practican hoy en día, o sea, tratan de circunscribir a Cristo en sus varias formas de rituales, formalidades y prácticas religiosas. Los ciudadanos del reino nunca deben hacer esto. Ellos deben echar el vino nuevo en odres nuevos.
El vino nuevo requiere un odre, un recipiente. Debido a que el vino nuevo está saturado con el poder fermentador, si usted lo echa en un odre viejo, el poder fermentador del vino nuevo reventará el odre viejo. Toda práctica religiosa es un odre viejo. En este versículo Cristo parece estar diciendo a los fariseos y a los discípulos de Juan: “El ayuno es un odre viejo. No tratéis de echar el vino nuevo de Mi vida en el odre de vuestras viejas prácticas religiosas. El vino “reventará” vuestras prácticas religiosas. El nuevo vino de Mi vida requiere un odre nuevo.
Sin duda, algunos han recibido el vino nuevo, pero han intentado vaciar este vino en un odre viejo. He observado esta clase de insensatez desde hace más de cuarenta años. Muchos se han acercado a la iglesia local y han probado el vino nuevo. Ellos han exclamado: “Esto es realmente maravilloso, es exactamente lo que ‘mi iglesia’ necesita”. Entonces ellos tratan de llevar este vino nuevo a ese viejo odre. ¿Sabe usted lo que sucedió? El viejo odre se reventó y el vino nuevo se derramó. Sin embargo, si usted echa el vino nuevo en un odre nuevo, ambos se preservarán.
Hemos visto que el vino nuevo pertenece al odre nuevo. No obstante, hoy en día, el llamado movimiento carismático ha sido vertido en el viejo odre del catolicismo. Inclusive algunas iglesias católicas tienen misas carismáticas. Los asuntos carismáticos se están mezclándose con tales misas y con la adoración a María. ¡Qué confusión! Esto no es otra cosa que la levadura mezclada con la harina fina (13:33). En otras palabras, es el vino nuevo puesto en un odre viejo. Estoy preocupado porque este vino haya dejado de ser el vino nuevo, pues parece no tener el poder fermentador. Si lo tuviera, el viejo odre se reventaría. Si el movimiento carismático fuera el vino nuevo genuino, lleno del poder fermentador, reventaría el viejo odre del catolicismo.
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